11 de agosto de 2017

Muere lentamente quien no viaja

  Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando esta infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!

  

Un día como cualquier otro


Y así, un día como cualquier otro, decidí triunfar.
 Decidí no esperar a las oportunidades, sino yo mismo
 buscarlas.
 Decidí ver cada problema como la oportunidad de
 encontrar la solución.
 Decidí ver cada desierto, como la oportunidad de
 encontrar un oasis.
 Decidí ver cada noche, como un misterio a resolver.
 Decidí ver cada día, como una nueva oportunidad de ser  feliz.
 Aquel día descubrí que mi único rival, no eran más que  mis propias debilidades.
 Y que en ellas, está la única y mejor forma de
 superarnos.
 Aquel día dejé de temer a perder, y empecé a temer no  ganar.
 Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino
 jamás dejar de subir.
 Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener es tener
 el derecho de llamar a alguien "Amigo".
 Aprendí que de nada sirve ser luz, si no vas a
 iluminar el camino de los demás.
 Aquel día aprendí que los sueños son solamente para
 hacerse realidad.
 Por eso, desde aquel día, ya no duermo para descansar.

Ahora duermo simplemente para soñar.
 No pierdas la esperanza, sobretodo, en los tiempos
 difíciles.
Anonimo

POCAS COSAS

En este mundo  hay tan poquitas cosas
capaces de endulzarle  a uno  la vida,
digamos la esperanza amanecida
o la lluvia que brilla en las baldosas.

Me gusta la constancia de las rosas
que nunca dan su espina por perdida
y tambien la tristeza repetida
de las palmas tan solas y orgullosas.

Pero no hay nada tan profundo y leve
como el alma y el vértigo y los labios
de esa mujer que al verla nos conmueve.

Para ser alguien entre el cielo y suelo
y salvarse del odio y sus resabios
nada como el amor y su consuelo.

Mario Benedetti